La sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente como eje central de su funcionamiento

Su proyecto estrella, el uso de energía geotérmica, les ha permitido disminuir notablemente el consumo de electricidad y gas, haciendo la operación mucho más eficiente y amigable con el medio ambiente.

Con la sustentabilidad y la relación con la naturaleza como focos principales desde sus inicios, Viña Maquis se ha ganado un nombre dentro de la industria vitivinícola nacional. Si bien los terrenos donde está ubicada datan de hace 300 años, no fue hasta 2003 cuando nace su primer vino, en un terroir que ellos mismos definen como “bien especial”, ubicado en el corazón de Colchagua y entre medio de dos ríos, lo cual lo hace un lugar único en cuanto a sus características de tierra y de clima, que se ha adaptado muy bien y se ha diferenciado con sus variedades como carmenere y cabernet sauvignon.

Maquis, liderada actualmente por el enólogo y miembro de la familia Ricardo Rivadeneira, como Director Ejecutivo, apostó desde su nacimiento por la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente, con un manejo muy sustentable y prácticamente orgánico (ya que se aplican muy pocos productos), cosechas 100% a mano y vinos que se producen con uvas propias.

“La viña siempre ha sido muy respetuosa de lo que la naturaleza le entregaba en ese minuto, y por lo mismo, bien tempranamente se trabajaron corredores biológicos, que son cuerpos de agua que llevan el recurso hídrico hacia el interior del campo, donde nace mucha biodiversidad, en cuanto a flora y fauna, siendo parte del campus”, señala Laura Leiva, Gerenta de Marketing de Viña Maquis. 

El proyecto que lidera esa inclinación por la sostenibilidad es sin duda el uso de energía geotérmica para las actividades de la viña, primera y única en Chile en hacerlo. El objetivo inicial era bajar la huella de carbono, porque al usar esta energía se hace más eficiente el uso de gas y de electricidad en la producción de los vinos.

Las bombas de calor geotérmica permiten aprovechar la energía de un pozo profundo, y cuando necesita solo agua caliente, la máquina saca la energía del agua del pozo y la incorpora al sistema; cuando lo que se necesita es sólo enfriar, la bomba saca energía del sistema y se la entrega al agua proveniente del pozo. De manera adicional, cuando ocurre la simultaneidad, es capaz de transferir energía calórica de unas cubas a otras sin la necesidad de usar el agua del pozo. En términos simples, es como si se pudiera aprovechar la energía calórica que se extrae del interior de un refrigerador para entregársela a una plancha: enfriar y planchar con una sola máquina.

Maquis fue además una de las primeras viñas en certificarse en Chile con el Código de Sustentabilidad de Vinos de Chile

“El proyecto nació en 2012 y ya al año siguiente los resultados obtenidos fueron brutales: el consumo de electricidad bajó 30% y el de gas 90%, lo que se ha mantenido en el tiempo y convertido en algo realmente muy eficiente. Es un elemento totalmente diferenciador y que, anclado a otras iniciativas, nos hace ser mucho más sustentables y eficientes en el tema de recursos que se utilizan”, agrega Laura Leiva.

Maquis fue además una de las primeras viñas en certificarse en Chile con el Código de Sustentabilidad de Vinos de Chile, al cual optaron debido a su constante búsqueda de instancias colaborativas y de comunidad en torno a la sustentabilidad. Ello los definen como su sello y el espíritu de la viña, intensificado aún más luego de la pandemia.

Entre las otras iniciativas sustentables mencionadas se encuentran los corredores biológicos, es decir, cuerpos de agua que llevan el recurso hídrico hacia el interior del campo; el uso de ovejas en invierno para fertilizar los suelos; y un proyecto de gallinas araucanas para plagas. De manera adicional, estar ubicados entre dos ríos y con la briza de la zona, colabora a tener menos plagas que provienen de hongos derivados la humedad por poca ventilación.

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