Chile es un paraíso para la elaboración de vinos, debido a que cuenta con altas temperaturas en el verano y posee inviernos fríos y lluviosos. Adicionalmente, la Cordillera de los Andes provee de riegos por los derretimientos de la nieve y otorga una protección natural para pestes o enfermedades.
Nuestro país posee uno de los terrois más fino del mundo con parras desde el borde del desierto de Atacama hasta más al sur del Biobío, generando una gran diversidad de tipos de suelo y climas para producir una amplia variedad de vinos.
El vino chileno – con raíces desde la Colonia, con la llegada de los conquistadores y misioneros españoles, quienes plantaron las primeras vides – ha desarrollado una fuerte diversificación de vides, provocando una potente presencia a nivel mundial tras décadas de trabajo.
En esta sección podrán encontrar una descripción y principales características de las cepas que se cultivan en nuestro país.